Bajando por calle Real, a tan solo unos metros del Torreón, se encuentra la plaza de la Iglesia, aunque justo antes de llegar a ella, a nuestra derecha, tendremos la oportunidad de echar la primera mirada a el Zacatín, que es sin lugar a dudas una de las calles más pintorescas y típicas de nuestra localidad, muy especialmente en primavera, en la que la calle rebosa color gracias a las flores y plantas que la inundan.
Si bien todos los rincones del pueblo están poblados de flores y plantas durante todo el año, podríamos afirmar sin temor a equivocarnos que seguramente sea el Zacatín la calle más representativa y con mayor atractivo para el visitante.
Su fisionomía y sus rincones la convierten en muy especial. Una empinada subida, bordeada de plantas y flores, con el típico empedrado que adorna todo el casco antiguo, y con la visión justo arriba de lo que en su día fue el Castillo de Frigiliana. En este punto podemos decidir seguir nuestro paseo dirección plaza de la Iglesia, o bien subir por el Zacatín, si optamos por continuar hacia el templo posteriormente tendremos la la posibilidad de divisar el Zacatín justo desde arriba. Le dejamos al visitante la elección de continuar por donde estime, nosotros seguiremos caminando camino de la plaza de la Iglesia, a la que encontraremos a tan solo unos metros de el Zacatín.
La iglesia, edificada en el 1676 y reformada un siglo más tarde, es de estilo renacentista casi en su totalidad y presenta una planta de cruz latina dividida en tres naves separadas por arcos de medio punto apeando sobre pilastras rectangulares. El crucero está cubierto por una bóveda semiesférica sobre pechinas y anillo denticulado terminando en linterna, cubriéndose los brazos y el presbiterio con bóvedas de medio cañón con lunetos.
Sobre el pórtico de entrada se encuentra el coro que presenta una cornisa mixtilínea de estilo rococó que recibe la balaustrada de madera con idéntico perfil. Bajo éste se encuentra un interesante cancel de madera realizado por el cordobés, afincado en Frigiliana, Bartolomé de la Cruz Arjona, cuando sólo contaba 23 años.
Podremos admirar en su interior los recien instalados retablos, ya que desgraciadamente los originales fueron destruidos durante el transcurso de la guerra civil. La fachada principal se abre a un atrio con verja de hierro. Sobre su portada compuesta por arco de medio punto sobre pilastras, puede verse un escudo del obispo Fray Alonso de Santo Tomás. Si nuestro paseo nos ha abierto la sed, cuestión más que probable en épocas estivales, podremos refrescarnos con el agua de la fuente instalada en el centro de la plaza, y que es una reproducción exacta de la que hubiera hace años en el mismo lugar.
Si miramos el templo de frente veremos a la izquierda una pequeña callejuela que nos llevará a adentrarnos de lleno al "Barribarto". Elegiremos este camino para seguir nuestro paseo. Nada más dejar atrás la iglesia nos adentraremos con otro de los rincones especialmente atractivos de nuestro casco antiguo, calle el Garral.
Encontrará el visitante unas empinadas y estrechas escaleras que le llevarán directamente al "Barribarto", engalanadas con plantas y flores, y a la izquierda el pequeño y pintoresco "callejón del Inquisidor", donde con motivo del I Festival Frigiliana 3 Culturas se instaló una pequeña fuente, que contiene los iconos que representan precisamente a las tres grandes culturas: judía, cristiana y musulmana.
Tendremos oportunidad de visitar el "Barribarto" minutos más tarde, así que tomaremos la bajada por el callejón del Inquisidor, que nos dará acceso a calle Chorruelo (continuación de calle Real desde la plaza de la Iglesia) donde, si bajamos unos metros, a nuestra izquierda, encontraremos la conocida como "Fuente Vieja". Ésta data del siglo XVII, fue construida por D. Iñigo Manrique de Lara, quinto Señor de Frigiliana y I Conde de la Villa por el año 1640, en ella podremos ver su escudo de armas. Esta adosada al alzado posterior de una vivienda y se concibió para abastecimiento de la población y abrevadero de animales. Hoy día aún es posible refrescarnos con el agua potable que cae de un caño justo en frente de la Fuente. Si continuamos la bajada que nos encontraremos nos llevará directamente a la avenida de Carlos Cano, que circunvala todo el casco antiguo. En nuestra propuesta volveremos a calle Chorruelo con objeto de llegar al final del casco antiguo y visitar la Ermita de "El Santo Cristo".
Para ello seguiremos la bajada de calle Real, que a partir de la plaza de la Iglesia toma el nombre de calle Chorruelo. A su finalización veremos como el casco antiguo se extiende con viviendas de nueva construcción, justo al final de calle Chorruelo nos encontraremos con la escultura "Tres Culturas, dos escultores, un Dios", que se instaló en 2006 con motivo del I Festival Frigiliana 3 Culturas.
Si seguimos caminando, aproximadamente a unos 300 metros, veremos la Ermita del Ecce Homo, conocida popularmente por los vecinos como ermita de "El Santo Cristo". Data del siglo XVIII. Es una pequeña ermita de una sóla nave cubierta con una sencilla armadura de madera de par-hilera. Ante puesto a la nave, presenta un atrio donde se encuentra la puerta de entrada bajo arco de medio punto. En otro tiempo se encontraba allí una imagen del "ECCE-HOMO". Es tiempo ahora de hacer la parte de la ruta que nos llevará al "Barribarto".
En lugar de volver sobre nuestros pasos, cuando lleguemos al inicio de calle Real, tomaremos las escaleras de calle Almona, justo a la izquierda de la escultura símbolo del Festival 3 Culturas. Tras unos metros de subida, que recomendamos hacer de forma pausada para disfrutar del entorno por un lado, y para no terminar agotados por otro, llegaremos al inicio del Barribarto, donde el entorno morisco de nuestro casco antiguo se muestra en todo su esplendor, y cuyos rincones, adarves, empedrados y blancura extrema, dejan siempre impresionados y encantados a los visitantes.